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El blog de Pepe Mendoza

POR FAVOR

POR FAVOR

     Tengo un amigo con una enfermedad mental rarísima. La han bautizado, provisionalmente, como "trastorno bipolar inverso asociado a la coyuntura económica". Curiosamente, los episodios depresivos de mi amigo van ligados a épocas de bienestar social. Sus brotes de euforia, sin embargo, coinciden con períodos de pánico en los mercados.

     No hace falta decir que atraviesa un gran momento de forma, que vive, según confesión propia, una de las etapas más radiantes de su vida. Lo pudimos comprobar en el brindis de fin de año, en el que aseguró, ante el estupor general, que se puede ser optimista sin interrupción. Dicho esto, empezó a recopilar botellas, para nosotros medio vacías, pero que para él estaban aún sin descorchar.

     ¿Puede un hombre ser feliz en una ciudad dominada por la peste?, se preguntaba Albert Camus. ¿Tiene este infeliz, con perdón, derecho a ir permanentemente con el paso de las emociones cambiado? ¿A circular por la autopista de la realidad siempre en dirección contraria? ¿A presumir, con la que está cayendo, de tener el corazón contento, corazón contento, lleno de alegría?

      Qué complicado es convivir con una persona así. Es muy fácil hacer discursos políticamente correctos sobre la integración, la igualdad en la diferencia, etc. ¿Cómo tratar a alguien que practica un optimismo negro y un pesimismo blanco? ¿Qué actitud tomar ante un individuo que ve las vacas entraditas en carnes cuando usted y yo las vemos flacas y tristes, y viceversa?

       Insisto: uno no puede, por mucho trastorno raro que tenga, presentarse de luto riguroso en las ferias y vestirse de fiesta en los funerales. Póngase en el lugar de su compañero de trabajo hipotecado hasta las cejas, que se echa a temblar cada vez que este perturbado (con perdón, de nuevo) se acerca a su mesa a contarle un par de chistes malos. O en la piel de su vecino, trabajador fijo de una pequeña empresa, que lleva ya meses oyéndole cantar en la ducha el ERE tú, de Mocedades.

       Por favor.

       (Columna publicada en Diario de Cádiz, el 15-01-2009)

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