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El blog de Pepe Mendoza

¡PADRINO, BÚFALO!

¡PADRINO, BÚFALO!

     Invierno en Madrid, noche  de perros. El frío y la lluvia invitan a no salir de casa, pero el teatro ha vuelto a llenarse. Terminada la función, el actor principal se abriga antes de despedirse de sus compañeros. ¡Que te mejores!, oye  al cerrar la puerta del camerino. Nadie en el patio de butacas ha notado que el cómico ha trabajado mermado por la gripe. Al salir, abre el paraguas y se dirige a una parada de autobús. Un compañero le ve guarecerse del temporal bajo la marquesina. Preocupado por la salud del veterano actor, se acerca y le pregunta que por qué no coge un taxi. "Si lo pagas tú, sí; si no, sigo esperando, que la cosa está fatal", contesta con la misma voz  musicada  con la que borda en escena sus berrinches.

     La anécdota nos la contó, entre amigos, la persona que esa noche compartió taxi, que no el importe de la carrera, con José Luis López Vázquez, un tipo insignificante, según el mismo se definió, que quedó marcado para siempre por las penurias de la posguerra. Un señor feucho y apocado que se volvía hiperactivo en cuanto entraba en escena. El secundario de lujo que nos enseñó que la comedia nace de las entrañas de la tragedia. "Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo" de todo lo que oliera a interpretación.

     Fue el señorito (pronúnciese, por favor, en tono ascendente y marcando con énfasis las sílabas) del cine español de los sesenta, el empleado infeliz  que quiso atracar a la hora del telediario el banco en el que trabajaba, el hombre corriente que nos obligó a hacer contorsionismo cada vez que entrábamos a hacer una llamada en una cabina, una mano en el teléfono y la otra procurando que la puerta no se cerrara nunca del todo.

     En este su último viaje,  Don José Luis, dígale al taxista (o al conductor del autobús, que la cosa está todavía peor) que le lleve al paraíso del viejo teatro en el que ya le espera la Gran Familia de cómicos que forjaron aquellos sueños más grandes que la vida. Y dígale de mi parte a Marlon Brando que el padrino es usted.

     (Columna publicada en Diario de Cádiz el 05-11-2009)

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