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El blog de Pepe Mendoza

LA MAGNITUD

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     Al correo de este periódico que me da de escribir, llegó la semana pasada un e-mail, dirigido a Teresa Almendros, la jefa de todo esto. Por lo que se ve, la onda expansiva de mi columna "Los Gañoteros", ha dejado daños colaterales que, a juicio del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento y a instancias de Javier Maldonado, Jefe del Servicio Municipal de Patrimonio, es urgente y necesario reparar. Lamenta el peticionario "que el señor Mendoza deje caer una acusación de esa magnitud sobre todos los jefes de servicio y personal de las distintas Concejalías allí ubicadas".

     Empecemos por lo de la magnitud, que es "aquella propiedad de un cuerpo o sustancia susceptible de ser distinguido cualitativa y cuantitativamente". Efectivamente, yo definía a Los Gañoteros como maestros en el arte de olerse lo mejor, peritos culinarios expertos en distinguir, desde muy lejos, cualitativa y cuantitativamente, el embriagador aroma de los más selectos manjares. Rechazo, sin embargo,  lo de dejar caer una acusación: no la dejo caer, la sostengo.

     No admito, tampoco, que se le robe verdad a mis palabras. ¿Dónde dice que la Hermandad del Prendimiento de Delicatessen la forman todos los trabajadores de las  concejalías que allí se ubican? ¿Es necesario explicar el significado cuantitativo de "un selecto grupo de funcionarios de élite? 

     Espero y deseo que alguien le haya dicho ya al Jefe de Prensa  que, desgraciadamente, el episodio que aquí se narraba había alcanzado la categoría de costumbre. Yo levanto columnas, no calumnias. Me consta que algunos de los que participaron en tan bochornoso espectáculo han reconocido su participación en el mismo y han pedido perdón por ello, lo cual atenúa la falta. Otros, por el contrario, más preocupados por la dietética que por la ética, creen que auto invitarse por el morro a celebraciones ajenas y perpetrar asaltos a bandejas de canapés en horas de trabajo, es algo de lo que no hay que avergonzarse.

     Por lo demás y para desactivar rumores malintencionados, quiero dejar claro que Javier Maldonado no participó en ese fiestorro indecente. Quien haya pensado lo contrario, desconoce la magnitud profesional de ese servidor público.

     (Columna publicada en Diario de Cádiz el 23-05-2008)