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El blog de Pepe Mendoza

LAS EXTRAESCOLARES

LAS EXTRAESCOLARES

LAS EXTRAESCOLARES

     En el Día Internacional de la Infancia, hablemos de las actividades extraescolares, y de los padres de las criaturas de esta parte rica del globo, obsesionados con esculpir, bajo presión, niños prodigios sin tiempo para perder el tiempo.

     Ni mejor ni peor, cualquier tiempo pasado fue sólo eso, anterior, pero entre las permanencias de antaño y las extraescolares de ahora hay la misma diferencia que entre un buen puchero y una sopa de sobre. Durante aquella hora suplementaria repasábamos las hazañas de El Cid (que continuaba ganando batallas después de muerto, pero aún no había roto como torero), cantábamos el "Himno de la Alegría" (cuando el maestro tenía un subidón, el "Viva la Gente"), o le pegábamos navajazos a un jabón Lagarto hasta que salía un molino, un castillo o un Corazón de Jesús.  Mas, a las seis en punto, en cuanto sonaba la sirena, comenzaba la diversión chiripitifláutica.

     Hoy, los hijos, convertidos en el gran proyecto mercantil de sus progenitores, viven sin vivir en ellos, estresaos y estrozaos, desde que se levantan hasta que Los Lunis aparecen dando las buenas noches, a una hora en la que la mayoría todavía no ha empezado ni a merendar.

     A ver cuando Tráfico diseña una campaña contra aquellos desaprensivos que se pasan a diario la educación vial por la palanca de cambio con tal de que el niño no se pierda ni una sola patada en la boca en la clase de taekwondo. Podrían, no sé, adaptar el clásico de Perlita de Huelva y fichar a Falete (ese hijo secreto, por mucho que ambos lo nieguen, de El Mani y María del Monte) para que cantara "precaución amigo conductor, la prisa es peligrosa, y te espera una tarde horrorosa". Porque hay padres, yo los he visto, que, para ganar tiempo, obligan a los chiquillos a sacar ellos solos el piano del capó, o los arrojan del coche en marcha como si fueran Los Hombres de Harrelson.

     Luego nos lamentaremos de que la calidad del semen y de la vida, valga la redundancia,  siga deteriorándose.

      (Columna publicada en Diario de Cádiz, el 20-11-2008)