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El blog de Pepe Mendoza

MAZINGER CUARENTÓN

MAZINGER CUARENTÓN

MAZINGER CUARENTÓN

     Cuarenta años cumplió antesdeayer Mazinger Z, aquel gigante de hierro, ligero de puños, que a finales de los 70 nos congregaba frente al televisor cada sábado a las tres y media. Fue el primero pilotado por una persona, Koji Kabuto, un adolescente con muy mal genio y algo temerario en sus incursiones por el espacio, lo más parecido entonces a un comandante de Ryanair. Mazinger es fuerte y muy bravo, ¡es una furia!, mas lo normal es que haya dejado ya las peleitas. El tiempo pasa y también los robots se van poniendo viejos, que hasta mi thermomix se queda dormida algunas tardes haciendo las lentejas a velocidad cuchara.

     La serie, pásmense, fue suspendida por violenta y poco apropiada para el público infantil. Recuerdo ese día en el que todos esperábamos impacientes un nuevo capítulo de nuestro héroe favorito y en su lugar pusieron las bobadas de un niño pálido y canijo, con un palo y un taparrabos que daba pena verlo, al que llamaban Orzowei Narananarananá. A mí me parecieron más nocivos para nuestro desarrollo emocional el padre de Pipi y la madre de Marco, que se las piraron dejando a sus hijos bajo la tutela de un caballo y un mono, respectivamente. Aquello me marcó tanto, que recuerdo una vez que fuimos al Zoo de Jerez y me mosqueé mucho con mis padres porque no paraban de mirarse entre ellos, cosas de pareja, supongo ahora. Yo entonces pensé aterrorizado que también preparaban la huida, que de mi ducha de esa noche terminaría encargándose el elefante.

     Leo en internet que la famosa frase “pechos fuera”, el grito con el que la protagonista femenina, Sayaka, lanzaba los misiles de Afrodita A, nunca se pronunció. Pues mis amigos y yo la escuchábamos en cada episodio, y como nosotros, Nadiuska, Ágata Lys, Victoria Vera y las francesas del Cangrejo Rojo.

     No me digan que la actualidad política no parece un remix cutre de aquella serie legendaria. El Doctor Infierno, disfrazado de canciller alemana, grita a diario, desde el Bundestag, “¡Bienestar abajo!”, pilotando un sumiso robot de hojalata disfrazado de presidente de gobierno. Esta reposición siniestra sí que es violenta y poco apropiada para toda clase de públicos. Que la suspendan ya.     

     (Diario de Cádiz, 14 de septiembre de 2012)