Blogia
El blog de Pepe Mendoza

QUÉ GENTUZA

QUÉ GENTUZA

QUÉ GENTUZA

     Se nos va de las manos lo de los inmigrantes, Don Manuel. No se le ocurra nunca dar trabajo a esa chusma, que le buscan, más temprano que tarde, una ruina. Se lo digo como empleado, pero sobre todo como amigo. Mire lo que le ha pasado a ese empresario de Gandía por tener recogido a un sudaca en la panificadora que regenta: lo han denunciado los de CCOO (cuanto echamos de menos a Urdaci, Don Manuel).

     Parece que el individuo, por sacar una paga para toda la vida, se dejó un  brazo en la máquina de amasar. El patrón, en un gesto que le honra, montó al infeliz en su vehículo particular, y lo dejó, gratis, muy cerca del hospital. Podía haberle cobrado el desplazamiento, o descontárselo de los 23 euros que iba a ganar ese día por una jornada laboral de 12 horas. Podía haberle reclamado, también, el importe de la limpieza del coche, que a ver quién es el guapo que le quita a la tapicería los chorreones de sangre. Podía,  pero no lo hizo, porque aún quedan señores en este país de mierda, Don Manuel. Es más, tuvo el detalle de advertir al muerto de hambre que su futuro profesional corría peligro si contaba que había sido un accidente laboral. Porque, a partir de ahora, ¿quién va a volver a contratar a un tipo que, a lo mejor, en el próximo trabajo, para que le revisen la pensión al alza, le da por dejarse el otro brazo en otra máquina?

     Y ahora quieren enchironar al pobre patrón. Que si el angelito no tenía contrato, que si no estaba de alta en Seguridad Social... El mundo al revés: ellos, sin papeles, y nosotros, hasta la última póliza, tiene narices la cosa. Las mañanas consagradas a la burocracia en lugar de a crear riqueza, Don Manuel. Claro que el hombre no se mordió  la lengua cuando le preguntaron por qué tiró el brazo del indio a la basura. "Era necesario seguir trabajando", contestó. Con un par. Con empresarios así y otro gobierno (pero de derechas de verdad, no el acomplejado ese de Rajoy), mandábamos la crisis a tomar por el culo.

     Quieren confundirnos, Don Manuel. Son ellos quienes, en cuanto les ofrecemos la mano, nos arrancan el brazo. Qué gentuza.

     (Columna publicada en El Diario de Cádiz el 18-06-2009)