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El blog de Pepe Mendoza

SOÑADOR

SOÑADOR

SOÑADOR

     En la plaza de toros de mi pueblo vienen sucediendo, desde hace ya tiempo, cosas extrañísimas, misterios sin resolver más propios de un relato de terror que de una crónica taurina. El Triángulo de las Bermudas sigue estando en el Atlántico, pero las corrientes marinas lo han empujado muy cerca del río del olvido: ahora es un círculo de albero, a un par de millas de Romerijo, en el que en lugar de marineros, pilotos y turistas, desaparecen carteles, banderillas y demás enseres relacionados con la historia de la plaza.

     "Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros", pero algún funcionario de Patrimonio debería pasarse una mañana de estas por el coso portuense para hacer inventario: como nos descuidemos, un día no veremos ni el mosaico sobre el que brilla la famosa frase, ni a Joselito, ni al Gallo, ni a Galloso. En la plaza mejor iluminada del mundo todo es de color azul oscuro, casi negro.

     Lo último que la Federación de Peñas Taurinas Portuenses ha echado en  falta es la cabeza de "Soñador", el primer toro que se lidió en la corrida del centenario  (qué cruel la estampa de un soñador con la cabeza perdida). Parece que el matador Dámaso González, que fue el encargado de acabar con la vida de este admirador de Calderón de la Barca, quiso verlo el pasado mes de agosto, pero el animal ya tenía la cabeza en otro sitio.

     Descartemos, por razones obvias, la huida voluntaria: es imposible que saliera por patas. No es verosímil la hipótesis de que se haya enamorado de la luna, pues estaba bajo techo. Tampoco parece probable  que haya mutado en minotauro, aunque esta opción no deberíamos soslayarla: algunos políticos son capaces de ponerse cualquier cosa encima del pescuezo con tal de entrar, valga la redundancia, de pescuezo, aunque sea para ver al bombero torero.

     Si alguien puede aportar algún dato racional sobre su paradero, puede dirigirse a la asociación Ecologistas en Acción que, ironías del destino, tiene su sede en la misma plaza. Otro misterio.

      (Columna publicada en Diario de Cádiz el 06-11-2008)