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El blog de Pepe Mendoza

DAVID I DE EL PUERTO Y V DE PRADO DEL REY

DAVID I DE EL PUERTO Y V DE PRADO DEL REY

DAVID I DE EL PUERTO Y V DE PRADO DEL REY

Igual con las prisas por no llegar tarde no os habéis dado cuenta, pero al atravesar la puerta de entrada de esta biblioteca os habéis quitado cinco siglos de encima. Sí, sí, 500 años, con sus días, sus noches y sus correspondientes resurrecciones, que se dice pronto. Bienvenidas al Siglo XVI, también llamado el Siglo de las Colonias, no porque huela a rosas sino porque los españoles somos los putos amos del mundo. Sobre un mundo cobarde y avaro, sin justicia, belleza ni Dios, imponemos nosotros la garra del Imperio solar español”.

Pero a lo que iba: que os veo a todas la mar de bien. Se nota que pertenecéis a una raza superior a la que el tiempo no se atreve a ofender. No pasan ni los Reyes, ni los Papas, ni las guerras, ni los turcos, ni las epidemias de peste, ni la Inquisición por vosotras.

El Rey Carlos I de España y V de Alemania, su hijo Felipe II, Magallanes, Hernán Cortés (el que fue alcalde de El Puerto no, el otro) San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León, Alonso de Berruguete, El Greco (el de los puros no, el otro) y Miguel de Cervantes, entre otros muchos paisanos, os agradecen sinceramente vuestra presencia aquí esta tarde.

Como habéis podido comprobar a la entrada, estamos en una casa de vecinos de la época, con un gran patio central, cocina salón y almacén en la planta baja, y habitaciones en las plantas superiores con vigas de madera. La silla principal, provista de brazos, no se puede utilizar porque es del señor de la casa. Las vuestras son las sillas simples y los taburetes, se siente.

Que sepáis que se desayuna y se almuerza en la cocina. En las familias acomodadas, los sirvientes le llevan a sus amos, antes de la medianoche, un plato ligerito para comer en la cama. Pero vosotros estáis tiesos, así que tomaréis lo que sobre, en la zona de servicio. No busquéis ni tenedores ni cuchillos porque todavía no se han inventado. O coméis con cuchara, o con las manos, que no está mal visto.

Las mujeres dormiréis a ras de suelo, fruto de la herencia musulmana. Solo algunas, las pudientes, disfrutaréis del nuevo invento que ha causado sensación entre las señoras: el tocador. Una mesa con espejo independiente, cubierta con un paño, sobre la que se colocan la palmatoria y los frascos de perfume.

Tampoco existen los relojes todavía, no vayáis tan rápido. El tiempo lo marcan las cosechas o la climatología. Junio y julio son los meses de más curro, pues hay que recoger las frutas, segar, trillar o trasladar los rebaños a los pastos veraniegos.

Los pobres son legión y son considerados enemigos en potencia, proponiéndose su encierre en lugares determinados y vigilándose muy de cerca a los vagabundos. Si os suena mucho esto es porque hay políticos hoy en día a los que les ha pasado lo contrario que a vosotras, que en lugar de rejuvenecer nacieron ya con cinco siglos de despotismo iletrado encima y con un arcabuz, en vez de un pan, debajo del brazo.

Si no demostráis que sois cristianos viejos, es decir, que no tenéis antepasados judíos o musulmanes, no aspiréis a ocupar puestos en la administración ni en el ejército, ni tampoco a emigrar a América. Los cristianos nuevos son siempre sospechosos para la Inquisición. Os advierto también que hay bandoleros apostados por todos sitios, mucho cuidado los que cuando salgan de aquí tengan que pasar por la Sierra de San Cristóbal para llegar a sus casas. Que estos no son ni Curro Jiménez ni El Algarrobo. Por las posadas también aparecen, advertidos estáis.

Las escuelas públicas carecen de recursos y están excesivamente masificadas, por lo que los Jesuitas ya hacen su agosto con la enseñanza, seleccionando solo a los mejores alumnos. La comunión se hace con cinco o seis años y los viajes a Euro Disney todavía no se estilan.

Ni que decir tiene que ya sois mayores de edad y que si no podéis reprimir las urgencias de la carne, toméis las medidas oportunas. Aquí, ni se os ocurra. En la cocina hay miel y vinagre para las mujeres, para que, cuando sea necesario, os lo introduzcáis en la vagina para frenar la actividad del “líquido seminal”. Para los hombres tenemos un preservativo hecho con una tripa de animal y lino que se ata al pene con un lazo de color rosa. Es bastante grueso, incómodo y además reutilizable, pues es carísimo. Qué asco. Vosotros mismos.

Quiero, antes de que se me olvide, dar un aviso. Una amiga, nuestra amiga Juana, no va a poder asistir a esta presentación. Juana es criada de varias señoras y tiene que trabajar esta tarde.

No está Juana, pero si está con nosotros David Fernández, que la conoce muy bien, ya que es su padre adoptivo. David es un cristiano ni viejo ni nuevo. Digamos aunque suene antiguo, que es un cristiano comprometido. Un cristiano comprometido de aquí, de toda la vida de Dios, de Menesto y de la Virgen de los Milagros, de un tal Jesús, de San Francisco de Asís y de San José Obrero, de Bellido, Paco, Manolo El Gordo, Ito, Encarna, Angulo... entre otros muchos padres y madres que se encargaron de su crianza emocional, intelectual y social.

Portuense nacido en el Barrio Alto el 4 de marzo de 1967, la cigüeña no cobró ni dietas ni kilometraje ese día porque de La Prioral a la calle Meleros, donde vino al mundo, no le hizo falta volar: lo llevó con la sábana al hombro dando un paseíto. David está afincado desde hace años en Prado del Rey. Es profesor de Historia, escritor con varios libros publicados, articulista, poeta y muchas cosas más, pero sobre todo amigo.

Como grano de mostaza” es su nueva novela y desde aquí desmentimos categóricamente la fake news que estos días aseguraba en Internet que el libro está patrocinado por Mac Donalds o por Burguer King. Mentira cochina.

Yo ya la he leído. Cuenta una historia fascinante y está muy bien escrita. Y he aprendido muchas cosas. Por ejemplo: que el "pecho" no eran solo las glándulas mamarias, ni los "pecheros" unos grandes mamones, sino un tributo que campesinos y burgueses debían pagar a la autoridad. Que el XVI fue el siglo en el que se supo que el hombre producía millones de bichitos, supersónicos, como el acuerdo entre Sánchez e Iglesias, llamados espermatozoides. Y que la batalla de Pavía no tuvo lugar en el Bar Ceballos, sino en la ciudad italiana que le da nombre, entre el ejército francés y las tropas germano-españolas.

Hagan ustedes el favor de disfrutarla.


(Presentación del libro "Como grano de mostaza", de David Fernández, el viernes 18 de noviembre, en la Biblioteca Pública Municipal "Rafael Esteban Poullet", de El Puerto de Santa María)