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El blog de Pepe Mendoza

GLORIA BENDITA

GLORIA BENDITA

GLORIA BENDITA

     Del silencio, el recogimiento y la contemplación sólo pueden salir cosas bien hechas, obras y trabajos decentes que reportan bienestar y cultura a la comunidad, por más que los vándalos del escape libre, los activistas del botellón y los técnicos del PROTEJA no alcancen a entenderlo, y sigan atentando, impunemente, contra la paz  urbana. Místicos, poetas, científicos, creadores en general, saben de sobra que la escasez de silencio es una tragedia tan grave como la escasez de agua o de vergüenza. El camino a todas las cosas grandes, escribió Nietzsche, pasa por el silencio.

     Las monjas de clausura pertenecen a esa rara especie en vías de extinción que ama el sosiego sobre todas las cosas, y entre laudes y vísperas, entre novenas y completas, elaboran, bajo la golosa mirada del Altísimo, dulces que dan fe de que, efectivamente, Dios anda entre pucheros, pero donde de verdad se nota su mano de santo es en el sublime arte de la confitería.

     Acostumbradas a trabajar sin usura, ajenas al ruido de mitras que llama agresiones a la pérdida de privilegios, y a las detonaciones de una clase política agrupada toda en la hucha final, las hermanas y su Jefe conviven en perfecta armonía, pues no es lo mismo estar a las órdenes de Díaz Ferrán, ese patrón del XIX, que de un Padre generoso y bueno. Tan exquisita repostería, además, lejos de provocar enfrentamientos, auspicia la concordia entre personas de toda ideología, religión y creencias.

     Del ruido, la prisa y la falta de respeto al prójimo sólo puede salir la comida basura. Del silencio, el recogimiento y la contemplación, nacen manjares como el cabello de ángel y el tocino de cielo (denominación de origen),  que ponen el paladar en comunicación directa con las manos del Creador. Como los dulces que, dentro de la muestra de repostería de conventos "Qué rico, Dios mío", se exponen mañana en la Fundación Municipal Universitaria de Algeciras, en una cita ya clásica que tiene el sabor antiguo y fraterno de la verdadera Navidad. Gloria bendita.

     (Columna publicada en Diario de Cádiz el 03-12-2009)