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El blog de Pepe Mendoza

LA BUENA SUERTE

LA BUENA SUERTE

LA BUENA SUERTE

     No es por fastidiar, pero la posibilidad de que usted salga el lunes en los telediarios con una botella de cava en la mano y una ristra de tópicos en la boca (lo compré a última hora, para tapar agujeros, nos vamos toda la familia de crucero, etc.) es verdaderamente remota. Según la estadística, esa ciencia que miente con una precisión encomiable, sólo tenemos un 0,001 % de probabilidades de que nos toque el Gordo y un 5% de rascar algo en el resto de premios. Por el contrario, la probabilidad de que a usted le afecte la subida de la luz es de un 100%. El mayor premio es poder paga el recibo.

    Como casi todo en la vida ya, la lotería también es de derechas. A los ricos y a algunos políticos, valga la redundancia, les suele tocar mucho. La gente de dinero compra más décimos y, en consecuencia, tienen muchas más probabilidades de ver sus boletos premiados. Piensen en Carlos Fabra, que tenía un ombligo como su aeropuerto de grande. En doce años le tocó nueve veces.

     De todas formas, aunque un buen pellizco no le viene nunca mal a nadie, no le tiene uno mucha fe a la suerte. Si, como decía Einstein, Dios no juega a los dados, será por algo. La vida es una tómbola, ton ton tómbola, pero la luz y el color con que queramos disfrutarla va a depender mucho más del esfuerzo personal que de los caprichos arbitrarios del azar. Ya sé que esta clase de lirismos no se llevan, que la voluntad, el mérito y la capacidad no cotizan en el Ibex 35, pero el amor al trabajo bien hecho, sentirse querido o situarse del lado de los decentes, son regalos que no salen de ningún bombo pero reparten premios cuantiosos todos los días. Y lo más importante, hay tópicos que son dogma de fé, es la salud: tener bueno el colesterol malo y bajas las transaminasas. Va a saber San Ildefonso más que Don José el médico.

    Por lo demás, no sé a qué está esperando el Ministerio del Interior para declarar los bares zonas de alto riesgo y a los camareros colectivo digno de especial protección. Van a ser muchos los Manueles gorrones que aparecerán por las cafeterías durante la mañana del lunes con un jersey de Madre Coraje, la cara desencajada y el puchero puesto, esperando a que Antonio les diga que el café vale 21 euros. La gente está muy tensa y el anuncio ese va a romper muchas amistades.

    (Diario de Cádiz, 19 de diciembre de 2014)