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El blog de Pepe Mendoza

MEMORIAS DE UN AMNÉSICO

MEMORIAS DE UN AMNÉSICO

MEMORIAS DE UN AMNÉSICO

     El libro "Memorias de un amnésico" va camino de convertirse en el best seller de estas Navidades. Lo firman, al alimón, derechas e izquierdas, rojos y gualdas, monárquicos y republicanos. El último capítulo lo han escrito dos pesos pesados (a veces, plomizos) de la cultura nacional: Zapatero y Rouco.

     El primero, fiel exponente de la literatura de evasión,  ha dicho, en referencia al  entierro del franquismo, que "todo lo que sea que eso esté en el olvido, en el olvido más profundo de la memoria colectiva de la sociedad española, será un buen dato". Al menos por ahora, los datos son malísimos: el subsuelo está lleno de huesos con una memoria de elefante. Huesos tozudos que, en cuanto salen a la luz, se animan a contar historias horribles de dolores no amortajados.

     El Presidente de la Conferencia Episcopal, que ha dejado definitivamente las homilías para dedicarse de lleno a hacer remakes del Apocalipsis, ha afirmado que "a veces es necesario olvidar, en virtud de una voluntad de reconciliación y perdón verdaderamente responsable y fuerte". Yo creo que este país necesita justamente lo contrario: una cultura de la memoria, alejada, eso sí, de toda intención partidista, que incorpore al presente el pasado dolorido de las víctimas. De todas las víctimas.

      En 1987, Klaus Barbie, ex jefe de la Gestapo en Francia, fue juzgado por crímenes contra la Humanidad. Cuando uno de los damnificados se lo echó en cara, el nazi contestó: "Yo no me acuerdo de nada. Si ustedes se acuerdan, es problema de ustedes". Aquí todavía hay muchos "ustedes" con un problema parecido: hijos de la guerra que se acuerdan de todo; abuelos que siguen dando amparo al niño con el pijama de rayas que un día fueron; supervivientes de aquella sublevación sanguinaria que vieron asesinado su futuro con proyectiles del quince y medio.

      Y quedan, sobre todo, miles de huesos que amaron hasta los huesos, y que, en cuanto salen a la luz, nos recuerdan que el olvido está lleno de memoria.

       (Columna publicada en Diario de Cádiz el 04-12-2008)