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El blog de Pepe Mendoza

PERDIDOS

PERDIDOS

PERDIDOS

     Como en el final de "Perdidos", pensábamos que los socialistas de este país estaban, ideológicamente hablando, todos muertos, y que Zapatero, Salgado o Corbacho  no eran más que espectros abrasados por la fe del converso, almas en pena dedicadas a vagar por el purgatorio de los medios repitiendo la salmodia fúnebre dictada por los que regentan el casino: tranquilicemos a los mercados, devolvamos la confianza al sector financiero, calmemos la ansiedad de los inversores, amén. A ver cuando se acuerdan de nosotros y nos ofrecen aunque sea una tila.

      Esta ceremonia de la confusión política cuenta, seamos honestos, con la ayuda inestimable de nuestra indecente mediocridad de pobres hartos de pan,  preocupados por mantener la verticalidad social y no caer en el abismo por el que tantos se han despeñado en estos últimos años sin que ni siquiera nos preguntáramos por quiénes doblaban las campañas. Ahora andamos acojonados con esa nueva degradación de las condiciones laborales que abandera Díaz Ferrán, un señor que no contento con haber destrozado su casa, lleva tiempo empeñado en arruinar también las nuestras.

      Menos mal que de higos a brevas surgen voces críticas que pasan del manual del perfecto socialista, alejándose algo del discurso oficial. La de Borrell, por ejemplo, que el otro día afirmaba cosas tan evidentes como que las medidas de ajuste están provocando aumentos en la desigualdad, o que los gobiernos deberían ser los policías de los mercados y no a la inversa. Nada del otro mundo, lo sabemos, no nos hacemos ilusiones, pero reconforta oír, ante tanta impostura intelectual, argumentos con los que podamos identificarnos los que aún somos zurdos de ideas.

      Ya se que estamos rodeados, que somos muchos pero muy cobardes, que si algo ha conseguido la crisis es expandir la angustia y la insolidaridad más negra por los hogares y las empresas. Aún así, reconforta que, ante esta nueva refundación del socialismo de derechas, todavía haya políticos que se atrevan a considerarnos ciudadanos, en lugar de tontos de baba. Con lo poco que se conforma uno.

      (Columna publicada en Diario de Cádiz el 03-06-2010)