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El blog de Pepe Mendoza

PIBONES LEJANOS

PIBONES LEJANOS

PIBONES LEJANOS

No sé si han oído alguna de las cuñas publicitarias con las que el Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz pretende incentivar el uso y disfrute de los catamaranes. Un prodigio, todas, de originalidad, buen gusto y gracia genuinamente gaditana. Mi favorita es una en la que un JASG (Joven Aunque Sobradamente Gilipollas), presume ante otro JASG de haberse ligado a la Juani, "un pibón" (sic) que está para mojar sopita. "¿La Juani?", contesta asombrado el confidente del novio de la Juani, "pero si esa tía vive ¡en Rota!".

Hasta aquí el diálogo platónico de los dos coleguillas. Sobrecogedor. A mí, sin embargo, me parece manifiestamente mejorable. Yo lo hubiera rematado con una reivindicación mucho más contundente sobre la superioridad del semental ibérico. No sé, que el don Juan de la ciudad que sonríe terminara gritando, como en el culebrón ese que ponen en la sobremesa: ¡Soy Miguelón, el macho más macho de todos los Camachos! Con un par.

Al final de la cuña, una voz en off, pontifica: el catamarán achica el tiempo y el espacio. ¡Al fondo del mar el tango!: que nadie diga que la distancia (de Cádiz a Rota) es el olvido. ¡Que se hunda San Juan de la Cruz!: ya  es posible curar la dolencia de amor con la presencia y la figura, al menos en cuarenta millas a la redonda.

Que no tema la Juani, la pobre, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos del vaina de su novio.  El Consorcio ha sido capaz de poner en valor (que es como los cursis le llaman ahora a lo que toda la vida de Dios ha sido "sacar provecho") la condición de pibón verbenero de la  mujer roteña. La vida, como ven, a pesar del calor  y del colgao ese de La Sexta, puede ser maravillosa. El amor es un viento que igual viene que va, se muere y al momento va en el catamarán. Él vino en un barco, a un pueblo extranjero.

Para no perder tiempo, la empresa que ha perpetrado los anuncios debería dejar perfilada, antes de que acabe el verano, la campaña publicitaria de otoño/invierno. Se me ocurre que podían presentarnos a la pandilla del churri y del amigo del churri de la Juani: la Vane, la Yesi, el Jonnhy, el Josua, el Soto y el de la moto.  Ya tengo la trama: van de Cádiz al Puerto, a pegarle una paliza al imbécil de su tutor, que veranea en Valdelagrana y les ha vuelto a suspender en septiembre. Suena de fondo "hemos venido a acojonarlo, el resultado nos da igual". En el catamarán. En apenas media hora.  To follaos. De lujo. 

(Columna publicada en Diario de Cádiz el 15-07-2006)