Blogia
El blog de Pepe Mendoza

QUE MUERO PORQUE NO MUERO

QUE MUERO PORQUE NO MUERO

QUE MUERO PORQUE NO MUERO

     El científico norteamericano Ray Kurzweil ha asegurado que en veinte años (veinte años no es nada) alcanzaremos la inmortalidad, incluidos los legionarios, que tendrán que ir pensando ya en cambiar de novia. Así que si usted llega vivo/a  al 2029, vaya preparándose para lo peor. La nanotecnología (en adelante, la nano), un campo de las ciencias aplicadas dedicado al control y manipulación de la materia, hará posible reemplazar nuestros órganos vitales por vísceras artificiales.

     Como remedio contra la enfermedad, nos parece bien que la nano se preocupe por aumentar la calidad y calidez de vida de aquellos que fueron arrojados a la existencia hace menos de un siglo (un siglo ya es algo). Si un estudiante de Filosofía echa una mañana el hígado por la boca, después de oír en la radio a Leire Patín o a Federico Trillo, está muy bien que un "cirunano" se lo reemplace antes de entrar en clase, para que después pueda volver a echarlo al escuchar al profesor de Ética, y así, sucesivamente. O si a Diego Tristán, debido a la acumulación de partidos, se le sale un domingo el corazón por el escudo de la camiseta, tranquiliza bastante que los avances médicos permitan que se le pueda zurcir un corazón de plástico o hacerle un transplante de escudo.

     En lo que no podemos estar de acuerdo es en pasar las tardes de la eternidad junto a un brasero que no calienta y un dolor sin fecha, sumidos en una vejez interminable, viendo como el tiempo, ya abolido, sigue poniéndose amarillo sobre las fotografías. No se quién le habrá dicho al Sr. Kurzweil que queremos ser inmortales. Yo por lo menos,  prefiero ser polvo enamorado a pellejo arrinconado.

     Eso sin contar con los daños colaterales que provoca esa condena perpetua: la imposibilidad de disfrutar con el primer café de un obituario bien escrito, la desoladora certeza de que tu cuñado seguirá vacilándote por los siglos de los siglos...

     El listo ese desconoce que la vida es bella porque es efímera. Que no hay compasión en los huesos del tiempo. Por cierto, ¿alguien sabe qué va a pasar con la Resurrección?

     (Columna publicada en Diario de Cádiz el 08-10-2009)