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El blog de Pepe Mendoza

SANLÚCAR DE BARRA LIBRE

SANLÚCAR DE BARRA LIBRE

SANLÚCAR DE BARRA LIBRE

     En asuntos de corrupción las evidencias, normalmente, no engañan. Como afirma el dicho, si algo anda como un pato, tiene pico y plumas de pato, suele tratarse de un pato.

     En la investigación que la Fiscalía está llevando a cabo sobre las cuentas del ayuntamiento de Sanlúcar, todo apunta a que el pato, efectivamente, es pato. La surrealista rueda de prensa ofrecida por uno de los ediles populares, lejos de disipar dudas, las ha multiplicado. Parece que al señor Caballero le funciona mucho mejor la lengua comiendo que hablando. Argumentar que todo es una cortina de humo para eludir los problemas verdaderamente importantes, acusar de demagogia barata la denuncia, y asegurar que gracias a esos atracones indecentes (80.000 euros en langostinos, botellas de Moët Chandon y güisquis, entre otras exquisiteces) consiguieron "ahorros para las arcas municipales", no hace sino confirmar que detrás de un paladar delicado no tiene por qué haber una moral elegante.

     Es legítimo que el PP pida la presunción de inocencia para los implicados. Pero habrá que recordar que ese derecho, manoseado hasta la náusea en cada escándalo, es un principio rector del proceso penal que no debería trasladarse con una simplicidad tan interesada a la arena política. Con independencia de que ese tipo de conductas terminen o no en condenas (la honestidad en la gestión pública, conviene no olvidarlo, se rige por reglas éticas), los partidos políticos deberían, por higiene democrática, desmarcarse con urgencia de las mismas, al margen de que los hechos merezcan o no un reproche penal.

     Puede que las llamadas a líneas eróticas tengan que ver con algún estudio de campo sobre la prostitución en la zona. O que las que se efectuaron a Cuba formen parte de un plan de apoyo a la transición democrática en la isla y que los Montecristos que se fumaban en las divertidas sobremesas fueran un regalo de la oposición en Miami. Es posible, incluso, que los concejales populares hayan trabajado tanto por su pueblo que, al final, les haya salido lo comido por lo servido. Pero el pato cada vez tiene más pinta de pato.

     (Columna publicada en El Diario de Cádiz el 21-05-2009)