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El blog de Pepe Mendoza

TRAMPOSOS

TRAMPOSOS

TRAMPOSOS

     Vamos a ver si yo me explico. Si Ben Johnson fue descalificado en los juegos olímpicos de Seúl por ir hasta las cejas de esteroides. Si a Landis le hicieron devolver el maillot amarillo del Tour 2006, por ponerse morado de testosterona. Si el mismísimo dios Maradona fue expulsado del Mundial de Estados Unidos por esnifar hasta la cal de la línea de banda. ¿Qué problema hay para que al mayor tramposo español del Siglo XX, le sea retirada la medalla de oro que, en 1962, le otorgó la corporación municipal de esta bendita ciudad?

     Vale, fue campeón de España durante casi cuatro décadas tras vencer (sin convencer, según Unamuno) y desarmar al ejército rojo. Es cierto que fue un competidor de Raza, que escaló como nadie las Montañas Nevadas. Nadie discute su poderío en la prueba de Lanzamiento a la Fosa Común, ni su dominio absoluto en la disciplina de Tiro al Maricón (Lorca sufrió en sus propias carnes su aplastante superioridad). No olvidamos que formó parte, junto a Stalin, Hitler y Mussolini, del mejor Relevo 4 x Hiel, de la época. Que no tuvo rival en la prueba de Marcha (triunfal) Bajo Palio. Y que fue el número uno en la prueba de Paredón.

     Pero hizo fullería. Dinamitó las reglas del juego, humilló a sus rivales y bombardeó el fair play  democrático con proyectiles del quince y medio. Fue una maratón siniestra que no duró 40 kilómetros, sino 40 años, en los que lo importante no era participar, sino todo lo contrario.

     Así que uno está del lado de Rafael Gómez Ojeda, de José Valiente, de Paco Artola, tipos decentes, pacíficos y ayunos de venganza, que no pretenden abrir heridas ya cicatrizadas, sino poder cerrar las suyas: llevan toda la vida intentando averiguar por qué y dónde fusilaron y mal enterraron a sus padres.

     Aunque algunos se sientan más cómodos en la desmemoria histérica, aplíquese al timador y a sus compinches la ley de la Memoria Histórica. Prívesele, cuando vuelva a ser posible, de la Medalla de Oro que le fue concedida en su día. Y sígase premiando a aquellos que vivien en este hermoso rincón nuestro como verdaderos atletas de la convivencia. Nos honran y honramos a Jaime San Narciso, a José García Sanz, a Sor María Aguilar, a Pepe el del Vapor y a tantos otros.

     Ni perdón, ni olvido, ni medallas, para los tramposos.

     (Columna publicada en Diario de Cádiz el 10-11-2007)