CHANQUETE HA VUELTO
El otro día, zapeando en familia, me reencontré, en un canal de esos raros, con la pandilla de la que formé parte, a principio de los ochenta, en las horas muertas de la sobremesa. Tutelados por Julia, la pintora que llegó a Nerja con el lienzo de su vida hecho pedazos, y por Chanquete, el viejo marinero que tenía un barco varado entre judías verdes y tomates, compartí con Javi, Pancho y compañía los ritos sagrados de la adolescencia, en ese tiempo en que casi todos éramos jóvenes y el futuro venía cargado de promesas.
Mientras veíamos uno de los episodios, nuestros hijos nos bombardearon a preguntas: ¿los niños no jugaban a la Play?, ¿no había Tuenti?, ¿nunca cenaban en McDonalds?, ¿cómo Chanquete, viviendo solo y siendo tan mayor, no tenía móvil? Les cuento que aquellos eran tiempos más duros, pero también más nuestros. El mismo año del estreno, 1981, pasaron muchas cosas. Un tipo patibulario, con bigote y tricornio, quiso que los veranos volvieran a ser grises; la Real Sociedad ganó la liga en el último suspiro; el Consejo de Ministros indultó a El Lute, el hombre que, junto a los hermanos Malasombra, me tuvo acojonado media infancia.
Verano Azul estuvo a punto de rodarse en nuestra provincia, pues Mercero, ese mago que nos enseñó que la ternura también es una forma de rebeldía, prefería la arena más clara de esta zona al color grisáceo de la de las playas malagueñas. Sin embargo, los efectos nocivos que el levante podía ejercer sobre el sonido, hizo que la serie recalara en Nerja.
Saco del baúl de mis recuerdos el listado de indignaciones de la época y les suelto que nosotros también cantamos el “No nos moverán”, pero nos movieron, y nos robaron La Colorá (una cala en la que el sol se acostaba muy despacito), para hacer un puerto deportivo que iba a acabar para siempre con el paro en El Puerto.
He perdido ya la cuenta de las veces que ha muerto y resucitado el bueno de Chanquete. La vida, les digo a mis hijos y al chaval que fui, está llena de resurrecciones inexplicables. Chanquete ha vuelto.
(Diario de Cádiz, 11 de agosto de 2011)
0 comentarios