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El blog de Pepe Mendoza

PAQUI Y LA ALEGRÍA

PAQUI Y LA ALEGRÍA

Una amiga con las defensas emocionales bajas me pide que le recomiende un libro que le ayude a salir del bache. Le contesto sin pensármelo dos veces: La lectora ciega, de Paqui Ayllón. Un libro que debería ser de obligada lectura en bachillerato. Un libro que debería ser recetado en los Centros de Salud. Menos Prozac y más Ayllón.

La historia de Paqui es la historia de una lucha inteligente y conmovedora contra la adversidad. Paqui, enfermera de profesión, perdió la visión muy joven a causa de una enfermedad degenerativa llamada retinosis pigmentaria. Su libro cuenta esa dramática experiencia huyendo del resentimiento y el victimismo, esos dos impostores que cuando la vida te noquea te ofrecen una pala para que sigas cavando en lugar de una cuerda para salir del pozo. En la profundidades de aquel invierno Paqui buscó ayuda.  Descubrió, junto a Albert Camus, que en su interior habitaba un verano invencible. Y encontró a la ONCE. Y aprendió a mirar de otra manera sin renunciar a transmitir a otros su gran pasión desde niña: la lectura. Y se hizo voluntaria lectora. Y empezó a iluminar con su espléndida voz de locutora antigua de radio a colectivos y asociaciones, a personas con dificultades para leer que necesitan escuchar historias bien contadas como necesitan el pan nuestro de cada día.

La lectora ciega es un canto a la vida, un libro coral en el que la acompañan los escritores a los que admira desde que con cuatro años empezó a leer. Hay una cita que Gloria Fuertes parece que dejó escrita para ella: “Todo el pasado se quiere apoderar de mí y yo me quiero apoderar del futuro”. Porque de eso va su libro: de la necesidad de apretar los dientes y tirar para adelante cuando la vida nos juega malas pasadas, en lugar de refugiarnos en  la habitación oscura de la melancolía. De defender la alegría. De reinventarse.

El prólogo, “La admirable alegría de Paqui Ayllón”, es de Elvira Lindo. Paqui cree en las hadas gracias a Ana María Matute y está convencida que fue una de ellas la que un día propició el encuentro con Elvira en una sala llena de libros. Tampoco tiene mucho mérito, la verdad, su fe en esos seres femeninos fantásticos con poderes sobrenaturales, porque ella forma parte del gremio. Como su perro guía Meadow es el ayudante canino que su Ángel de la Guarda tiene contratado para tomarse de vez en cuando un café tranquilo.

Si tienen que encargarle algún libro a los Reyes Magos, yo les recomiendo “La lectora ciega”. Está uno hasta el gorro de libros de autoayuda escritos por gurús serenísimos, forrados hasta los dientes, que creen que lo saben todo y pontifican desde sus lujosas  atalayas tocando el Nirvana con las manos. El de Paqui habla de una mujer humilde y agradecida, de la vida y de la esperanza, que es la vida misma, la suya, defendiéndose con las armas de la literatura, la música y la amistad. Menos pontífices millonarios y más Paqui. Menos Prozac y más Ayllón.

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