VIAJE CON NOSOTROS
La ficción es la verdad dentro de la mentira. Gracias a esta inquietante frase, que leí el otro día no recuerdo dónde, he descubierto que he sido víctima de un juego de rol. Déjeme, por favor, desahogarme: le demostraré que mis evidencias no engañan.
La trama sucede en el autobús de COMES de las dos y media de la tarde, el que cubre el trayecto Cádiz-El Puerto. Los personajes son actores aficionados, disfrazados de conductores y de clientes de la Compañía. El argumento está bien trabajado, pero últimamente a los guionistas se les ha ido la mano en algunas escenas demasiado cargadas de realismo social, lo que, además de descuidar la atmósfera onírica que debe envolver todo viaje, le ha restado credibilidad al juego.
Hay que ser muy inocente para tragarse que el Consorcio de Transportes pueda permitir que decenas de personas se queden tiradas en las paradas porque el incompetente de guardia decida, un día sí y otro también, poner en circulación un vehículo con la mitad de las plazas necesarias para atender a todos los que a esa hora vuelven de las dignidades del trabajo o del estudio. O para asumir, sin la más mínima sospecha, que los cadáveres que se amontonan en la parte de atrás del autobús, en avanzado estado de descomposición física y moral, aunque todavía con fuerzas suficientes para degradar a los pasajeros a la condición de rehenes, son, ciertamente, lo que parecen ser, en lugar de estudiantes de arte dramático perfectamente caracterizados de toxicómanos.
Ya sólo me queda averiguar cuál es la Compañía COMES verdadera del Consorcio de Transportes verdadero. Esta mañana entré precisamente en la web del Consorcio y, pásmense, leí que los usuarios del catamarán tienen acceso a Internet gratis y todo. Que me lo voy a creer yo: nosotros de pie, apilados como ganado en dirección al matadero, en un autobús sin decoro y con goteras, y ellos como marqueses, chateando entre las aguas plateadas y azules.
A lo mejor me estoy obsesionando, pero me da que esa página web también es falsa.
(Columna publicada en Diario de Cádiz el 11-03-2010)
3 comentarios
El ratón -
Y es que, cuando las cosas nos afectan personalmente, el tema cambia.
Inés -
Anonimo -