HE HAS A DREAM
Ha nacido una estrella. Un poeta del compromiso infatigable. Un jornalero del verso. Un mártir de las horas extras que se deja la piel por El Puerto. Qué digo la piel: el alma, el corazón, la vida y la cama sin deshacer. David Calleja, concejal del PP y actual delegado de Fiestas y Patrimonio Histórico, acaba de inaugurar una nueva corriente poética: la poesía de la experiencia sudorosa. Una nueva sentimentalidad basada en echar peonás de sol a sol en la Plaza Peral, sin tiempo siquiera para ponerse un poco de desodorante entre reunión y reunión.
Dice que al igual que el año pasado ni tendrá vacaciones ni las necesita. Querer disfrutar de vacaciones es de burgueses, de vagos y maleantes que buscan cualquier excusa para no doblarla. Su jornada laboral "se extiende desde que amanece hasta la madrugada del día siguiente". Desde las claras del día hasta el mismo filo de la madrugá (con la música de Los Simios queda todavía más potente). "Y no miro ni el reloj, ni las ocho horas diarias legales porque realmente no me importa". Le da igual que el reloj no marqué las horas, porque él no se puede permitir el lujo de enloquecer (enloquecer también lleva su tiempo). Eso le pasará a Los Panchos, que son, solo hay que verlos y oírlos cantar, más flojos que un muelle de guita.
Presume de que no ha pisado la playa y que tiene casi abandonada a su familia y amigos. Si algún día se le rompe el amor, será de no usarlo, no como a otras. "Que el amor ya no existe en mi vocabulario porque ahora mi ciudad me necesita y se me pasan los días y hay momentos donde las cosas salen bien y entras en una felicidad desbordante y otros donde los problemas se esconden a la vuelta de la esquina...". Ni para poner un par de comas bien puestas y que no lleguemos al final de la frase como si hubiéramos subido corriendo la calle Ganado un día de levante, tiene el hombre tiempo. Qué tío. Este haiku coquinero también es sublime: "... porque yo soy como soy y solo lo que soy, gracias a como nací me crié y me desarrollé".
Tras su agradecido tributo a Los Simios, a Los Panchos, a Rocío Jurado, a la literatura japonesa y a Kunta Kinte, acaba su memorable Tribuna Libre en El Puerto Información a lo grande, recordando emocionado a Frank Sinatra y a German Beardo: "Así que alcen las banderas que quieran, que yo me sé defender a mi manera, con mi trabajo, mi creatividad, mi profesionalidad, mi equipo y el mejor jefe que se pueda tener". Impresionante. Cumbre. Sin parangón, signifique lo que signifique parangón. Partiendo de una modestísima concejalía, Calleja ha alcanzado las más altas cimas del compromiso laboral y de la literatura universal. Este hombre está pidiendo a gritos una placa, una peña, una pregón, una calle, un valium, una mención en Insomnia, un contrato en un chino, una medalla de oro de 24 quilates al mérito en el trabajo a destajo...
Anoche cuando dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que David cabeceaba en medio de una reunión.
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