Blogia
El blog de Pepe Mendoza

LA EMPRESA GRACIOSA

LA EMPRESA GRACIOSA

     Uno pensaba que aunque libera endorfinas, estimula el bazo, elimina toxinas, lúbrica y limpia los ojos, hace vibrar la cabeza, despeja la nariz y oídos, ayuda a hacer la digestión, reduce los ácidos grasos y un sinfín más de efectos benéficos sobre la salud, la risa era, gracias a Dios, gratis total. Que, como el amor a un hijo o un atardecer en La Puntilla, estaba fuera del comercio de las personas.

     Científicos norteamericanos, sin embargo, han descubierto que la risa es productiva. Que llegará un día en el que cotizará en bolsa, vamos. La contabilidad creativa es que tiene estas cosas. Uno pensaba, insisto, que la risa era un regalo del cielo, ayuno de usura. Pues resulta que no.

     Dicen los que han parido el estudio, que algunas empresas han incorporado a las entrevistas de trabajo pruebas en las que miden el sentido del humor de los candidatos. Entre las competencias transversales, una de las más valoradas es el coeficiente humorístico del aspirante al puesto. Traslademos el estudio aquí, a este rincón nuestro. Llega a una entrevista Manolo, de Conil, peón albañil, y el psicólogo de la empresa "Construcciones Pandora, abierto las 24 horas", le dice: "Esta inmobiliaria cumple toda la normativa sobre seguridad e higiene en el trabajo, respeta escrupulosamente la jornada laboral pactada, tiene pluses que remuneran la productividad del operario, facilita la conciliación familiar, ofrece cursos de reciclaje profesional trimestralmente y el sueldo es de 1500 euros mensuales". Manolo, el de Conil, perplejo, sólo acierta a balbucear: ¿hay una cámara oculta?

     Hay que restar dramatismo, continúa el estudio, a lo cotidiano, "situando en la justa medida las expectativas negativas que a menudo nos creamos en el desempeño profesional". Algunas corporaciones premian, incluso, las anécdotas más graciosas de la semana. Perdonen, pero hoy tengo un mal día y el humor me sale más negro que el futuro de Delphi. Diálogos en un Consejo de Administración: ¿Te acuerdas del proletario ese que se cayó el mes pasado del andamio imitando a Superman? ¿O de aquella secretaria malage que no aguantó la broma del Sr. Director en el cuartillo de la fotocopiadora?

     Claro que la risa alumbra y purifica. Por supuesto que hay que defender la alegría. También en la empresa. Pero antes, por favor, acabemos con los abusos laborales y con la tristeza que hierve en la precariedad. Y luego nos reímos todos. Sin usura.

(Columna publicada en Diario de Cádiz, el 06-05-2006)

0 comentarios